La corriente del Niño o de El Niño, es una corriente cálida, “estacional” y ecuatorial propia del océano Pacífico sudamericano que va en dirección de norte a sur y que llega a las costas ecuatorianas y peruanas entre el 18 y 25 de diciembre de cada año, de allí su nombre fue acuñado por pescadores del norte peruano, pues «El Niño» es una referencia a la época de Navidad. A la derecha del gráfico superior, se aprecia la confluencia de la corriente del Niño con la corriente de “Humboldt” durante el verano en el hemisferio sur terrestre.
Es necesario diferenciar la corriente del Niño, la cual es una “corriente periódica” que produce un claro cambio de estación en la costa, con el fenómeno climático extraordinario de “El Niño” el cual puede llegar a tener un alcance global. La llegada de la corriente del Niño es considerada beneficiosa porque anuncia la temporada anual de lluvias, necesaria para la agricultura y el ciclo biológico del bosque seco ecuatorial. Sin embargo una corriente demasiado cálida ha sido relacionada con el llamado “fenómeno de El Niño” con una proporción de lluvias y calor mucho mayor de lo usual que deviene en inundaciones y catástrofes propias de un cambio climático radical.
La contracorriente de “Cromwell” recorre el Pacífico ecuatorial de oeste a este (ver gráfico superior) hasta llegar a Sudamérica, en donde aflora a la superficie y se dirige al golfo de Panamá, dando luego un giro hacia el sur en dirección a Colombia. En este trayecto se le conoce como corriente de Panamá. Una vez que llega a las costas ecuatorianas se le llama corriente del Niño, cruza la línea ecuatorial en una migración relacionada con el desplazamiento de la zona de convergencia intertropical y trae la estación lluviosa que es más notoria entre enero y abril.
La mediciones de esta corriente durante 61 años consecutivos, ha permitido concluir que hay un ciclo de 18 años dividido en cuatro fases de 5-4-5-4 años, los primeros 5 son de máximo acercamiento de la corriente de “Humboldt” (110 millas) llamado máximo seco, 4 años de seco lluvioso, 5 años de máximo alejamiento de la corriente de Humboldt (200 millas) hacen un máximo lluvioso, y 4 años de lluvioso seco. Al inicio de este ciclo, el acercamiento de la corriente de “Humboldt” implica que la corriente del Niño baja 80 millas, avanzando más cada año hasta alcanzar su máximo descenso sobre las costas peruanas, 720 millas de la línea equinoccial, desplazando a la corriente de Humboldt 200 millas y trayendo las lluvias al Perú y Ecuador.
Desde fines del siglo 19 se ha intentado establecer una relación entre corriente del Niño y fenómeno de El Niño. El Niño de 1891 implicó lluvias inusuales muy por sobre lo normal a lo largo de Ecuador y Perú que llegaron hasta Moquegua. Esta anomalía se atribuyó al excesivo caudal de la corriente cálida del Niño, que arrastró troncos de árboles y cocodrilos de Tumbes tan al sur como Pacasmayo en La Libertad. Sin embargo, El Niño de 1891, a pesar de haber tenido gran intensidad, no tiene una relación significativa con la denominada Oscilación del Sur, es decir, aquel marzo y abril de 1891 representó en la costa norte peruana un cambio violento y transitorio del clima, pero no se manifestó significativamente en otras partes del mundo.
El meteorólogo Jacob Bjerknes reveló en 1969 que de acuerdo con el estudio oceanográfico de El Niño de mediana intensidad del verano en el hemisferio sur de 1957-58, hay una relación física entre la fase de alta presión anómala en el Pacífico occidental (Oscilación del Sur), con la fase de calentamiento anómalo del Pacífico oriental, acompañados con un debilitamiento de los vientos alisios del este. Para definir este fenómeno, Bjerknes introduce el término «El Niño», de tal modo que a partir de entonces, este término ya no se asociará al período de abundancia que trae la corriente sino al mal tiempo y a los desastres naturales que sobrevienen con el fenómeno.
fuente: Wikipedia, Estudio Ingeve